¿ PUEDE
UN CRISTIANO DE VERDAD PERDER LA SALVACIÓN ?
Sobre
este tema no debería escribir nada, YA LA PALABRA DE
DIOS ES CLARA.
sino vean Los Evangelios, el de San Juan, la carta a lo
Romanos, en una palabra LEAN EL NUEVO TESTAMENTO
PALABRA POR PALABRA, SUMÁNDOLA, TODA SEGUIDA, Y DEJEN QUE
EL ESPÍRITU SANTO LES INTERPRETE...
3:1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos
llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque
no le conoció a él.
3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha
manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se
manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como
él es.
3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a
sí mismo, así como él es puro.
3:4 Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el
pecado es infracción de la ley.
3:5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no
hay pecado en él.
3:6 Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que
peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
3:7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como
él es justo.
3:8 El que practica el pecado es del diablo; porque el
diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de
Dios, para deshacer las obras del diablo.
3:9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el
pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede
pecar, porque es nacido de Dios.
3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos
del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su
hermano, no es de Dios.
3:11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio:
Que nos amemos unos a otros.
3:12 No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por
qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su
hermano justas.
3:13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.
3:14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en
que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano,
permanece en muerte.
3:15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y
sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en
él.
3:16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida
por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas
por los hermanos.
3:17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su
hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo
mora el amor de Dios en él?
3:18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de
hecho y en verdad.
3:19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos
nuestros corazones delante de él;
3:20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro
corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.
3:21 Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza
tenemos en Dios;
3:22 y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él,
porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son
agradables delante de él.
3:23 Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de
su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha
mandado.
3:24 Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y
Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros,
por el Espíritu que nos ha dado.
Capítulo 4
4:1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los
espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han
salido por el mundo.
4:2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que
confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;
4:3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en
carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el
cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el
mundo.
4:4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido;
porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el
mundo.
4:5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los
oye.
4:6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye;
el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el
espíritu de verdad y el espíritu de error.
Dios es amor
4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de
Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a
Dios.
4:8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es
amor.
4:9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en
que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos
por él.
4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su
Hijo en propiciación por nuestros pecados.
4:11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros
amarnos unos a otros.
4:12 Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a
otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha
perfeccionado en nosotros.
4:13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en
nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
4:14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado
al Hijo, el Salvador del mundo.
4:15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios,
Dios permanece en él, y él en Dios.
4:16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene
para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor,
permanece en Dios, y Dios en él.
4:17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que
tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así
somos nosotros en este mundo.
4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera
el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que
teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
4:19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó
primero.
4:20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano,
es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha
visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
4:21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios,
ame también a su hermano.
Capítulo 5
La fe que vence al mundo
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5:1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de
Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que
ha sido engendrado por él.
5:2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando
amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.
5:3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y
sus mandamientos no son gravosos.
5:4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo;
y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra
fe.
5:5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que
Jesús es el Hijo de Dios?
5:6 Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no
mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el
Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la
verdad.
5:7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre,
el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.
5:8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu,
el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.
5:9 Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el
testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha
testificado acerca de su Hijo.
5:10 El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí
mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha
creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
5:11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna;
y esta vida está en su Hijo.
5:12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al
Hijo de Dios no tiene la vida.
5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el
nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida
eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
5:14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si
pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
5:15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que
pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos
hecho.
5:16 Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de
muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen
pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo
no digo que se pida.
5:17 Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de
muerte.
5:18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica
el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y
el maligno no le toca.
5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo
el maligno.
5:20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado
entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el
verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y
la vida eterna.
5:21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.
CONCLUSIÓN:
EL CRISTIANO REAL, DE VERDAD, NO PUEDE PERDER SU SALVACIÓN, ..
como hemos visto en el texto.. AHORA SINO ES UN CRISTIANO DE
VERDAD.. NO LA PIERDE, ES QUE NUNCA LA TUVO..
el nacido de DIOS NO PRACTICA EL PECADO...
practicar es por ejemplo: si roba, DEJA DE ROBAR, es decir que ya
no roba mas. si fornicaba ya no fornica, si adulteraba pues ya no
lo hace..
tener un tropiezo o una caída, NO ES PRACTICAR .. es eso, una
caída, la persona se levanta y la Palabra le dice:
1:5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios
es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;
1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos
comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos
limpia de todo pecado.
1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros
mismos, y la verdad no está en nosotros.
1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él
mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Capítulo 2
Cristo, nuestro abogado
é
2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no
pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con
el Padre, a Jesucristo el justo.
2:2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no
solamente por los nuestros, sino también por los de todo el
mundo.
2:3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si
guardamos sus mandamientos.
2:4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el
tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
2:5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente
el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que
estamos en él.
2:6 El que dice que permanece en él, debe andar como él
anduvo.
todos los textos citado son de 1ª de Juan.